Las organizaciones pueden ser clasificadas en dos grandes categorías organizaciones con fines de lucro y organizaciones sin fines de lucro.

– Organizaciones con fines de lucro: Son aquellas que tienen como objetivo principal generar ganancias económicas para sus propietarios o accionistas. Estas organizaciones buscan maximizar sus beneficios y distribuirlos entre los dueños o reinvertirlos en el crecimiento de la empresa. Ejemplos de este tipo de organizaciones son las empresas comerciales, industriales o de servicios.

– Organizaciones sin fines de lucro: Son aquellas que no persiguen la obtención de beneficios económicos para sus miembros o propietarios. Su objetivo principal es brindar servicios o beneficios a la comunidad. Estas organizaciones pueden ser fundaciones, asociaciones, ONG, entre otras. Su financiamiento proviene de donaciones, subvenciones o actividades de recaudación de fondos.

Las organizaciones también pueden clasificarse según el ámbito en el que desarrollan sus actividades. Algunas clasificaciones comunes son:

– Organizaciones locales: Son aquellas que operan en un área geográfica específica, como una ciudad o un municipio. Estas organizaciones suelen tener un impacto directo en la comunidad local y se enfocan en satisfacer las necesidades de esa área en particular.

– Organizaciones nacionales: Son aquellas que operan a nivel nacional, abarcando todo el territorio de un país. Estas organizaciones suelen tener una mayor escala y alcance en comparación con las organizaciones locales.

– Organizaciones internacionales: Son aquellas que operan a nivel global, abarcando múltiples países. Estas organizaciones suelen tener un enfoque en temas globales, como los derechos humanos, el medio ambiente o la salud mundial. Ejemplos de este tipo de organizaciones son las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) o el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las organizaciones también pueden clasificarse según su estructura interna y la forma en que se organizan para llevar a cabo sus actividades. Algunas clasificaciones comunes son:

– Organizaciones jerárquicas: Son aquellas en las que existe una clara estructura de autoridad y se establecen niveles de mando. Las decisiones se toman de manera vertical, desde la alta dirección hasta los niveles inferiores de la organización. Ejemplos de este tipo de organizaciones son las empresas tradicionales con una estructura piramidal.

– Organizaciones horizontales: Son aquellas en las que se promueve la colaboración y la participación de todos los miembros de la organización. No existen jerarquías rígidas y se fomenta el trabajo en equipo y la toma de decisiones compartida. Ejemplos de este tipo de organizaciones son las empresas con estructuras planas o las organizaciones basadas en proyectos.

Ahora bien, hablemos del uso que se le da a la contabilidad en las organizaciones. La contabilidad es una disciplina que se encarga de registrar, clasificar, medir, interpretar y comunicar la información financiera de una organización. Su principal objetivo es proporcionar información útil y confiable para la toma de decisiones tanto internas como externas.

En el ámbito interno, la contabilidad permite a los directivos y gerentes de una organización tener una visión clara y precisa de la situación financiera de la empresa. A través de los estados financieros, como el balance general, el estado de resultados y el estado de flujo de efectivo, se puede evaluar la rentabilidad, la liquidez y la solvencia de la organización. Esto les permite tomar decisiones informadas sobre inversiones, financiamiento, contratación de personal, entre otros aspectos clave para el éxito de la empresa.

En cuanto al uso externo de la contabilidad, esta disciplina es fundamental para establecer relaciones de confianza con los diferentes actores que interactúan con la organización. Los estados financieros son utilizados por los inversionistas, acreedores, proveedores, clientes y otros interesados para evaluar la salud financiera de la empresa y tomar decisiones basadas en dicha información. Además, la contabilidad también cumple con requisitos legales y fiscales, ya que los estados financieros son utilizados para el cálculo de impuestos y el cumplimiento de obligaciones tributarias.